Por: Jorge O. Veliz
Ayer fue el día propicio para agradecerles vuestro acompañamiento en nuestra cruzada, la cual pareciera a veces … a contramano y sin embargo…es trascendente y válida.
Lo siento así.
Un camino sinuoso, en ascenso, pedregoso, pero… quien se le atreve, en la cima espera un horizonte sin límites.
Hace un tiempo tuve el privilegio de vivenciar el sitio donde Aristóteles fundó “El Liceo” en el año 336 a.C., en Atenas. Me sorprendió que ese lugar emblemático para nuestra cultura Occidental, estuviera tan vacío de gente como pletórico de historia. Me sentí conmovido, nunca “a contramano” por más evidencia que intentará cambiarme el rumbo, por el contrario, agradecía esa exclusividad, el sentirme en primera fila ante ese escenario milenario en el que podía imaginar a Aristóteles y sus peripatéticos reflexionando sobre la Amistad. Sobre la valía de las amistades personales, pero, en especial sobre la magna, aquella que hace posible la Concordia social, me refiero a la “Amistad Cívica”, ese estado indispensable para alcanzar el Bienestar Social en su más amplio sentido, sólo factible por medio de la buena Política.
Por así sentirlo, para honrar ese suelo de sabios amigos, es que existe nuestro espacio de Filosofía, “El Liceo”.
Gracias por ser nuestro amigo, nuestra amiga.
Jorge O. Veliz
“El Liceo”
