Librepensador

Atreverse a pensar, arriesgarse a morir.

Por: Jorge O. Veliz




articulo

17/02/2023

Resumen

"...Un libre pensador es una persona que forma sus propias opiniones sobre los hechos como él los ve. Bien o mal, sus opiniones son suyas. Es su voz, no un eco" Chapman Cohen ( 1868-1954) Libre pensador inglés, conferencista. 

 


Librepensador.

Atreverse a pensar, arriesgarse a morir.

Siempre ha sido riesgoso decir lo que se piensa cuando la mayoría lo hace de otro modo, más aún cuando implica cuestionar un dogma o desafiar la opinión de la autoridad.   Maquiavelo trataba de necio al que dejara al descubierto su pensar. Sin embargo, existieron pensadores que no pudieron impedir que el clamor de su intelecto fuera condicionado por el mutismo que la prudencia mandaba. Podríamos hacer un largo listado de todos ellos, comenzando por ejemplo con Sócrates, pero hoy, diecisiete de febrero, traigo a la memoria el hito histórico más trascendente para los librepensadores; la ejecución de Giordano Bruno (1548-1600).

Intento al recordar y compartir, rendir mi pequeño homenaje a todos aquellos de buena voluntad que se atrevieron y se arriesgaron – cuando la mayoría claudicamos o nos aferramos a la conveniencia- a morir por sus convicciones.  

Denunciado por quien fuera su mecenas, Giovanni Mocenigo, la Inquisición encarcela a Giordano y lo traslada tiempo después como prisionero al Palacio del Santo Oficio, en el Vaticano. Allí permaneció encarcelado durante ocho años, período en el que nunca se retractó de sus ideas, entre ellas - yendo más allá de Copérnico - su creencia sobre múltiples sistemas solares y sobre la infinitud del universo.  El proceso fue dirigido por el cardenal Roberto Belarmino – canonizado en 1930 por la iglesia católica – quien años después en 1616, estuviera también a cargo del proceso contra Galileo.

Tras la condena a la hoguera por hereje manifestó:

“Tembláis acaso más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla”  

Si bien la costumbre era ejecutar al acusado de herejía y después quemar el cuerpo, en el caso de Giordano Bruno no se cumplió el “uso y costumbre”. Despojado de sus ropas, atado a un palo, con la lengua aferrada a una prensa de madera para que le impidiese hablar, el 17 de febrero de 1600, fue quemado vivo en el Campo dei Fiori (Campo de flores).

Los sabios ideales son la flor de la razón y sus frutos prosperarán a pesar de los fríos inviernos.  Habían pasado casi tres siglos cuando en 1889, por un convenio internacional, fue erigida a memoria de quizás el filósofo italiano más trascendente del Renacimiento, su estatua en la plaza “Campo de flores”, como mártir de la libertad de pensamiento y de nuevos ideales.   

 

Jorge O. Veliz

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