Por: Jorge O. Veliz
" Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamnete, no resulta tan sencillo. "
Aristóteles.
Filosofía Práctica II
“Conócete a ti mismo”
Volviendo a la filosofía de los Presocráticos, a quienes nos hemos referido en las últimas publicaciones, recordemos que fueron naturistas conocidos también como fisiólogos – fisiología, en su acepción, “estudio de la naturaleza” -, se interesaban sobre todo por el estudio del cosmos, su origen, el principio del universo (cosmología), como también por el funcionamiento de la naturaleza. Lo hicieron desde el ejercicio reflexivo racional dejando a un lado la mitología y el relato de los poetas (el fenómeno de un eclipse tenía una explicación racional). Esta curiosidad de los naturistas cambia con Sócrates, para quien el ser humano y sus circunstancias vitales será el gran motivador. Se lo considera el padre de la ética, de la filosofía política y del método dialéctico para indagar. En el pronaos del templo de Apolo en Delfos estaba esculpida su máxima: “Conócete a ti mismo”.
Parafraseando al Dr. Luis Chioza (1) dijimos que nacemos en el “mundo de las ideas” y que en la intimidad de cada “cosa” existe una idea previa y una reflexión que la secunda, del mismo modo que en el fin o el propósito de un “mandato”, pensamos que dentro del mundo de las ideas deberíamos sumar, el ambiente hogareño, la atmósfera familiar y social; mar de ideas plasmadas en mandatos en el que deberemos navegar intentando arribar alguna vez a nuestro “Yo”. Quien lo alcance será como Odiseo, un sobreviviente a todo tipo de pruebas y condicionantes. Quien lo logre, podrá atender la premisa socrática “conócete a ti mismo” y aspirar a escribir su propia “hoja de ruta”.
“La vida que no se examina, no merece ser vivida” nos dice el filósofo. “Así, en la danza efímera de la existencia viva, Sócrates nos lega la verdad que cautiva. La vida que se examina, con valentía y sin medida, es la vida que merece ser vivida” (2)
Sócrates nos pone frente a uno de los más difíciles retos, de laboriosa tarea e incierto resultado, conocerse a si mismo; la práctica de la reflexión introspectiva es el camino hacia el espejo donde mirarnos.
Platón nos recomienda no conformarnos con la opinión (doxa) - término utilizado inicialmente por Parménides, al distinguir entre la “vía de la opinión” y la “vía de la verdad”. - e ir en búsqueda del conocimiento justificado como verdad “episteme”, en definitiva, conocer en intimidad y profundidad aquello que es objeto de conocimiento.
Aristóteles nos lega entre sus sabios aportes, el concepto sobre la virtud de la prudencia y el justo medio, la premisa del recto proceder en el ejercicio deliberativo de nuestros actos. Las circunstancias y los paradigmas han cambiado a lo largo de los siglos, hoy es otro el escenario al de aquella Grecia antigua, sin embargo, tanto el exceso como el defecto siguen siendo dos extremos y los actores del presente sólo difieren con los del pasado en sus atuendos, pero en cuanto a sus motivaciones, éstas siguen siendo como entonces impulsadas por el deseo; por lo tanto, la vigencia y conveniencia de conducirse de mano de la prudencia más allá de las circunstancias temporales, pone en relevancia tanto la aplicación práctica como la genialidad del filósofo.
Estos tres pensadores, se sucedieron en ese tiempo donde en la Grecia antigua la democracia sustituía a un régimen aristocrático de largo período, marcado por la crisis que provocan los cambios profundos y sus implicancias socio políticas. Estos tres grandes filósofos que iluminaron el Partenón, con sus métodos educativos y sus filosofías éticas y políticas sentaron en aquella época las bases de nuestra cultura Occidental.
Se inicia con ellos una larga y prodigiosa sucesión de filósofos quienes, conforme a la manera de interpretar la realidad y la vida, guiaron la dirección de sus actos según sus convicciones, cosechando mayores o menores adeptos según la afinidad de sus oyentes para con sus preceptos.
Resultan así diferentes corrientes filosóficas, como el epicureísmo, el cinismo, el estoicismo, el escepticismo y eclecticismo; que trataremos en particular en próximos capítulos.
Están muy en boga en la actualidad los postulados del estoicismo, como principios a seguir para alcanzar una mejor calidad de vida. Una clara señal de lo práctico de la Filosofía.
Jorge O. Veliz
El Liceo.